Después de todo, la nostalgia existe.

Acabo de tener un déjà vu.

Y como dijo Benedetti en “Bienvenida”: después de todo, la nostalgia existe.
Aunque quería, no logré deshacerme de ella y de vez en cuando, cuando me encuentro sola o acompañada y sin entender, esta tan inesperada amiga, llega a mí y platica conmigo un rato.

Pero como ya les he dicho, no me mal interpreten, claro que estoy disfrutando, claro que me la estoy pasando bien. Cuando me “quejo”, no es realmente una queja, es solamente una manera de decir lo que siento en ese momento. No es que no aprecie, no es que no me de cuenta de lo que tengo adelante, no es que no sepa aprovechar, no, no lo es. Claro que sé que es una oportunidad que no sé si en la vida se me volverá a presentar. Claro que sé que es algo que tengo que aprovechar y que no tengo que extrañar lo que dejo temporalmente atrás, porque volveré. Lo sé. Así que no me “regañen”.
Claro que estoy entusiasmada, feliz y contenta, pero también llegan momentos no tan fáciles como el resto, por ser algo totalmente diferente a lo que he vivido toda mi vida, otro idioma que no entiendo para nada, otro todo. Y no es que no acepte el cambio o no me quiera adaptar, porque no tengo problema con ello, al contrario, me ha sido realmente fácil, pero también existen momentos de “¿qué pasa aquí?”, y aún así, lo estoy disfrutando. Incluso esos momentos de “no sé qué pasa, pero sonreiré porque me la estoy pasando bien”. Momentos que aunque no creía que los tendría, porque los creía innecesarios, ya que la idea de estar lejos de casa, viajando y conociendo lugares nuevos, no me molesta mucho que digamos –y menos teniendo como planes regresar–-; sin quererlos, han llegado en ocasiones. Sí, esa nostalgia que llega sin ser requerida y sin avisar.
Pero mientras más conozca y me entretenga, menos tendré tiempo y espacio para ella.
Ahorita increíblemente sólo llevo dos semanas, así que espero que sólo llegue durante este proceso de completa adaptación.

Pero ahora ya lo saben, no es en realidad una queja. Es un simple momento de nostalgia que se pasa.
Que se pasa, pero que en el momento necesito hacer algo al respecto para que se vaya más pronto de lo que llegó.  
Sí estoy disfrutando, sí me la estoy pasando de maravilla, sí sé que voy a volver y estoy muy segura de que lloraré más porque no quiero que acabe este año maravilloso que me espera, que porque extraño algo. Volveré. El tiempo vuela. Pero mientras termino de aceptar que estaré aquí un año (porque todavía no me cae el veinte), me daré el lujo de repente pensar en las cosas que están un poco lejos de mí, sólo para sentirme un poco más cerca de los que quiero. ¿OK?
Y sí, puede que piensen que así menos lo lograré, pero cada quién tiene sus estilos, jaja.

Así que no, no me quejo. Amo Taiwán. No quiero volver todavía. Sé que será uno de los mejores años de mi vida y estoy más que ansiosa por ver todo lo que me espera. Pero mientras tanto, seré paciente y pondré lo mejor de mí, para que el proceso de aprendizaje –en especial del idioma–, sea más llevadero y divertido. Que hasta ahora, lo ha sido.

Los quiero mucho a todos y gracias a todos por el apoyo que me han dado antes y durante el viaje.
En un año nos estaremos viendo 🙂

Y ni cuenten los “claro” que existieron en este texto, porque seguramente se cansarán antes de terminar, jaja. Lo siento por eso, por cierto.


Subscribe for more chismesito (updates)

Get your Sunday reading straight to your e-mail and don’t miss any updates.

Leave a comment

Subscribe for more chismesito de La Saralicia

Get chismesito (updates) about travels, life in Finland, and more straight to your e-mail.
C'mon, you know you want to.

Seguir leyendo