El día de hoy, volví a sentir una felicidad extrema. Qué bárbara, lo que hace la vagancia. 

Junto con mis papás y tíos favoritos taiwaneses -aclaro, TAIWANESES, no quiero herir suceptibilidades allá en México- , fui a Sanyia. 

Un lugar famoso por tus tallados de madera y de hecho, llegamos al mero festival.

Al ver todas las cosas tan impresionantes que tenían, te quedabas de “NO. INVENTES”. Súper detallabas, realistas, hermosas. Era demasiado impresionante el realismo que muchas ocasionaban. Lástima que en el museo no dejaban tomar fotos, porque eran hermosamente impresionantes todas las esculturas. El detalle que tenían, no, no, mis respetos.

Ah, y como es 16 de septiembre, anduve todo el día con mi camiseta de la selección mexicana; no podía resistirme.

Ahí en el festival, había un taller de manualidades e hice un búho muy bonito. Bueno, todos, jaja, ellos te daban las piezas y te decían cómo armarlo. Pero estaba muy suave.

De ahí, nos fuimos a un lugar de los tíos de mis tíos. Tenían muuuchos peces, y de ahí los mataban y vendían. Vi todo el proceso… Muy interesante, hasta eso. Y toqué uno, se siente muuuy chistoso, jaja. 

Me encantó estar ahí, porque estaba todo muy tranquilo, el clima muy a gusto y el ambiente que tenían también. Ahí comí el pescado más delicioso que he comido en toda mi vida. No sólo el pescado, sino todo lo que incluía su preparación. Estaba más que buenísimo. 

Estuvimos ahí un buen rato, después fuimos a un mirador con una vista de un lago muy hermoso y para finalizar el recorrido, fuimos a un lugar donde había productos de fresas por todos lados (por los alrededores estaban los campos de fresas y claro que me acordé de Strawberry fields forever, jaja), estaba muy bonito y todo se veía riquísimo. 

Y ese fue mi domingo. Perdonen ustedes la falta de inspiración y buena redacción, estoy algo cansada y con muuuucho sueño. Pero que tengan una excelente y bonita semana. Ah, y buen domingo también. 

Saludos desde Taiwán y ¡VIVA MÉXICO!