Bueno, estoy de regreso.
He andado muy floja para escribir, lo confieso. Sí tengo muchas cosas que contar, pero a la hora de escribir, no sé qué le pasa a mis dedos que nomás no obedecen, se resisten, pero aquí estoy. Es martes y como ya es medio tarde, sólo les contaré acerca del sábado.
A ver si mañana les comparto mis demás sentimientos y pensamientos de los días que han pasado, que ha estado bueno. Días llenos de reflexiones.
Pero vayamos empezando, para que no se me olvide.
El sábado fui a mi primer boda taiwanesa. Déjenme decirles algo: ES OTRO ROLLO.
Para empezar, esta boda no fue una de las “comunes”, porque eran aproximadamente 3 mil personas y fue en un lugar muy grande, aunque no sabría decirles qué era, pero no era un salón. Según me dijeron, no era “normal”, porque suelen ocurrir en salones de hotel.
Resulta que eran muchas personas porque el papá del novio es el alcalde o algo por el estilo… Eso le entendí a mi mamá, jaja. Ah y nosotros estábamos ahí, porque la esposa, es decir, la mamá del novio, es miembro de mi club Rotario.
Y bueno, en el centro había un escenario con un fondo de feria. Y por fondo de feria, me refiero a una “pared” llena de dibujos con muchas luces de colores estratégica y excesivamente colocados. Al parecer son queridos aquí, porque hasta en los Night Markets he visto, aunque sólo cuando hay show.
¡Ahhhhh! Pero no, ¿saben qué es lo mejor? Que me enteré de la boda 5 minutos antes de irnos. Sí, 5 minutos.
Ese día tuve práctica de Tai Chi en la mañana, después me fui a Sanxia, con Nicole y me dijeron que debía regresar a las 5:30, lo cual se me hizo raro. Llegué a mi casa a tiempo, nadie me dijo nada (mi mamá estaba hablando por teléfono) y después de 20 minutos, mi mamá toca la puerta y me dice que si estoy lista, que vamos a salir. Salgo del cuarto y sólo está mi papá visible, por lo que señalo mi ropa y hago señas de qué me debo poner y resulta que me entero que hay boda. Qué conveniente, ¿no? Nunca me había arreglado tan rápido.
Todo me resultó muy diferente, en especial por la forma de vestir, muy… Peculiar. Te encontrabas con cada prenda… Había gente con camisetas y pantalones informales, entre ellos, el director de mi escuela. También señoras con boinas y faldas de cuero, así como vestidos de distintos estilos y algunas hasta con medias de red. Muy elegantes.
En lo que llegaban los novios, había espectáculo y entre ellos, un señor cantando, el cuál me alegró la noche (acaba de recibir una triste noticia, que me humedecía los ojos de vez en cuando), empezó a cantar “Cielito Lindo”. No saben lo orgullosa que me sentí y por supuesto, me puse a cantar. Nada más adecuado que el “canta y no llores”, en esta ocasión.
Después de él, bailaron la de “Waka Waka”, en español y yo era la más feliz cantando.
Llegaron los novios, todos a tomar fotos y empieza la comedera.
Acá no le traen el platillo a cada quién, sino que, como en todas las comidas, traen distintos platillos al centro y cada quién se sirve lo que quiere. Hay que ser cuidadoso con las porciones, jaja.
Fue muchísima comida.
Mientras comíamos los novios pasaron al escenario ¿y saben qué se me hizo muy extraño? Nadie les hizo caso. Ahí estaban, parados en el escenario, dándose un beso para la foto, luego con sus papás y todos seguían comiendo. No sé aquí, pero para mí eso no está bien. Para empezar, gracias a ellos están ahí atascándose de comida ¿y no les ponen atención?
No y luego aquí, nada de bailongo, terminan de comer y se van, ah y peor, aún ni se terminaba la comida muchos ya se estaban yendo. Algo que también se utiliza mucho, es pedirle bolsas a los meseros (que ya tienen preparadas) para llevarse la comida que sobra a la casa. Vaya que no les gusta desperdiciar…. Para ellos es muy normal porque lo hacen en todos lados, pero a mí se me hace tan extraño… Digo, yo estoy en contra de tirar la comida y desperdiciarla, pero no sé, no estoy acostumbrada a que en todos lados se lleven comida y menos a esas cantidades. Porque no es un platito, es una bolsa. Ahora sí, que de a gorra, ni quién le corra.
Básicamente, fue una cena con espectáculo.
Llegando a la casa, mis papás me preguntaron sobre las diferencias y lo que más les “impresionó” fueron los horarios. Les expliqué que se tiene el pastel, que se baila y que se terminan a las 2am en muchas ocasiones. Esta boda terminó un poco antes de las 10pm… Bueno, a esa hora nos fuimos y ya se estaba vaciando.
Lo que sí me gustó, es que los novios están a la salida repartiendo dulces, que representan la fortuna que ellos tienen y que te están compartiendo.
Pero, ¿cómo la ven?
Sin duda, es más divertido el estilo latino.
Los novios con sus papás.
La Sarihuela con sus papas taiwaneses
Es sólo un lado del lugar.
Las Waka Waka
Uno de los diversos platillos que estuvieron presentes.






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