Quiero estar aquí, quiero estar allá.
Allá contigo, acá conmigo.
Allá contigo, acá conmigo.
Aquí con todo lo nuevo, lo maravilloso, lo difícil, lo desconocido, lo diferente, lo extraño, lo divertido, lo triste, lo feliz, con todo lo que extrañaré.
Quiero estar allá, con lo viejo, lo maravilloso, lo fácil, lo difícil, lo que ya conozco, lo que ya sé, mis amigos, mi familia, la comida, lo triste, lo feliz, lo que extraño.
Pero qué curioso, unos estamos aquí y unos están allá. Y todo al mismo tiempo.
Es tan fácil sentirse cerca y tan extraño darnos cuenta de la distancia que nos separa. Unos duermen y otros juegan; unos comen y otros cenan; unos hablan y otros vuelven a dormir.
Qué curiosa es esta distancia que separa este aquí de ese allá y que nos parece tonta, que no la queremos, que no debería de existir. Unas minutos, unas horas, unas tierras unos mares. Y a pesar de los números, uno se puede sentir allá incluso si está aquí. Pero una vez que estemos allá, con certeza extrañaremos estar aquí.
Aquí y allá, tan diferentes, tan iguales, tan lejos…
Tú estás allá, yo estoy aquí, ¿no es extraño? Tanto no separan, sin embargo no se siente así y a veces ni cuenta te das. Todo es diferente, hay otra rutina, otra gente; te sientes tan aquí, que olvidas que no estás allá. Sólo caes en cuenta de ello cuando el que está allá, no está en sincronía con lo que pasa aquí, cuando sales de la sala y lo de aquí está mucho más lejos de lo que te acordabas que estaba el allá.
La diferencia de horario del aquí y del allá que te hace darte cuenta de la realidad; cuando tú quieres hablar, el otro quiere descansar; cuando tú quieres descansar, el otro por fin puede hablar.
Qué extraño es poder comunicarnos así, tan lejos y sintiéndonos tan cerca.
Qué extraño es eso de poder estar hablando mientras yo estoy aquí y tú estás allá.
Aún más curioso es que yo esté a punto de dormir, cuando tú estás a punto de despertar.
Que mientras yo vea la luna, tú veas el sol.
Que mientras yo vea la luna, tú veas el sol.
Leave a comment