Durante el voluntariado, tuvimos la oportunidad de conocer distintos pueblos de Oaxaca. 

Uno que me encantó, no sólo por sus hermosos panoramas sino por tu gente, fue Camotlán.

La gente es increíblemente cálida, amable, atenta y llena de generosidad. 

Dos hermanos, uno de ellos llamado don Sergio, eran muy tiernos. Nos hacían reír mucho y los dos se cuidaban mucho entre ellos. Sólo quedan ellos dos y el lazo existente entre ellos es admirable. 

Cada vez que nos tocaba ir a dar a un curso donde estaban ellos, se preocupaban por conseguirnos algo de tomar. La coca no faltaba y aunque no soy fanática de esta bebida, se agradece el detalle. 

Al terminar uno de los proyectos, hicieron una fiesta para celebrar y nos invitaron.

¡Todo estaba riquísimo! Cabe mencionar que probé un curado de cacahuate ¡delicios!

Nos la pasamos tan bien esa tarde… Nos abrieron las puertas de sus casas y nos trataron como uno de ellos sin conocernos tan a fondo. Nos trataron como a viejos amigos. 

De verdad ha sido uno de los pueblos que más me ha marcado precisamente por tu trato, por tanta amabilidad y calidez. 

Aquí les muestro algunas imágenes de Camotlán, sus alrededores y la hermosa gente que nos recibió.