Desde que la idea de regresar a Finlandia vislumbraba en el horizonte, recordé mi blog y lo mucho que disfrutaba compartir en él mientras estaba en mi intercambio en Taiwán. Hoy la aventura es distinta, pero con muchas cosas que vale la pena contar. Así que hoy mientras disfrutaba la mañana dominical junto a mi esposo (una historia para después, jaja), pensé en lo mucho que me gustaría leer algo así un domingo, entonces me comprometí a cada domingo sacar algo nuevo, para ejercitar las letras y dejar que este proyecto despegue.
Sin más preámbulo, retomo el título que viene muy ad hoc a los cambios que ha traído la vida y la importancia de abrazar la incertidumbre, que irónicamente, es de las pocas cosas seguras en esta vida.
Hace poco hablaba con una amiga sobre la obsesión de la gente con planear la vida. No tengo nada en contra de llevar un orden, pero si algo me enseñó la pandemia es que todo puede cambiar de la noche a la mañana y aferrarse a un plan no siempre termina bien. Ojo, no hablo de sueños, aferrarse a algunos sí vale la pena, pero la manera de cumplirlos puede variar y hay que aceptar eso también.
Me acuerdo mucho cuando estaba en secundaria y en una clase teníamos que armar nuestro plan a diez años. Una crueldad a los 13 años, si me lo preguntan, jaja. Again, entiendo y apoyo esta parte de tener una guía hacia dónde orientar las metas, pero siento que a veces eso sólo provoca frustración cuando no lo logras o los planes cambian; también te encasilla. Podemos ser más de una sola cosa y se puede cambiar el rumbo más de una vez, sin embargo lo suelen pintar como miedo al compromiso, cuando también se podría decir que somos “multi-passionates”, es decir, que tenemos múltiples pasiones en la vida.
Entonces a veces creo que está bien llevarse la vida con calma, sin saber qué sigue todo el tiempo, pero sé de primera mano que no está fácil. Y ahora que vivo en un país donde se rigen por los planes y medidas exactas, intento encontrar el equilibrio, jaja.
Esto me lleva a un tema que encuentro interesante… Mucho se dice sobre la frialdad de los países nórdicos, la rígida estructura de varios países europeos y la falta de planeación de los latinos. Cuando me pongo a pensar en el porqué, me encanta e intriga el tema de cómo el contexto geográfico afecta tanto a la personalidad de los habitantes. Parece obvio, pero cuando empiezas a hacer comparaciones en creencias y costumbres, muchas cosas cobran sentido.
Por ejemplo, desde visité Finlandia la primera vez, reflexioné mucho sobre cómo el clima frío da menos espacio para la flexibilidad y diversidad en comparación con prosperidad que traen los climas cálidos, sin embargo, el otro día leí un comentario que tenía las palabras perfectas para describir lo que hacía mucho rondaba en mi cabeza. Iba más o menos así: “En los países nórdicos la estructura y planificación era necesaria para sobrevivir el invierno, si no se preparaban con suficiente comida, podían morir. Sin embargo, en los países cálidos los recursos están disponibles prácticamente todo el año, así que planear con tanta anticipación no es prioridad.” y wow, cuánta verdad.
Es verdad, en México y en Latinoamérica en general tenemos muchas fallas, y muchas de ellas existen porque también tenemos la fortuna de tener buen clima la mayoría del año, lo que se traduce a una mayor facilidad para obtener recursos, lo cual podría hacernos “flojos”, porque si no planeamos hasta el más mínimo detalle, de todos modos sale, jaja. ¿Será que somos buenos manifestando abundancia o será que somos muy inocentes? jaja. Obviamente el tema es mucho más complejo, pero siento que es una manera muy sencilla de explicarlo.
Y pues nada, me gusta ver esas diferencias entre países y el trasfondo, así como sus consecuencias. Aquí en Finlandia en general el sistema funciona, no es perfecto, pero el orden es más evidente que en México. Pero también se extraña ese modo relajado latino. Creo que hay que ser flexibles, pero con una meta clara adelante para no caer en el caos que tan bien conocemos, jaja.
¿Tú qué prefieres, planificar todo o dejar que la vida te lleve?
Yo sigo buscando el equilibrio.

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