Por fin puse mi computadora en el horario de acá. Dos semanas después. 

Dos semanas después acepté que de nada me servía tenerla en otro horario, y que si quería saber qué hora es en mi país, podía sacar las cuentas, pues no es nada difícil. Así que, es oficial, computadora con horario y fecha de Taiwán.
Y el cambio de horario no me causó dificultad, desde que llegué lo agarré muy bien, afortunadamente.

El jueves l a escuela estuvo lo que le sigue de sumamente aburrido (hoy es viernes y es de noche), porque todos estaban haciendo exámenes, por lo que nosotras las intercambistas no teníamos nada qué hacer. No mandaron a la biblioteca y como podrán entender, ponerlos a leer iba a estar en chino; usar la computadora: no era una opción por el internet tan lento; optamos por salir a caminar por la escuela y aburrirnos. A las 11:30 no pudimos más y pedimos permiso para salir temprano, y afortunadamente se nos concedió. Así que fuimos muy felices. 

Ese día vino la hermana mayor de mi mamá de aquí, ¡e hicimos dumplings! Por lo que se imaginarán mi felicidad no pudo haber sido mayor, ya que es mi platillo favorito de acá. 

Ah, y no paraba de cantar y bailar. Que por cierto, el repertorio consistía en “Sabes una cosa”, “el viajero”, “cielito lindo”, entre otras. Sólo me veían y se reían, jaja.

Hoy fui a Taipei con mi hermana y sus amigos porque seguían en exámenes y nos dejaron faltar.
¡Vi el Taipei 101! El que hasta hace unos años fue el edificio más alto del mundo y ahora ocupa el segundo lugar. No se me había hecho tan bonito, pero ya que lo vi en vivo, directo y a todo color, me gustó mucho. Y más cuando vi la descripción y motivos de cada elemento. Muy interesante. Luego se las platicaré. 

Lamentablemente no subimos, pero ya me puse de acuerdo con otra intercambista para ir después, ya que las dos tenemos ganas de subir. Así que después les presentaré la foto de la excelente vista a unos 500m de altura.

Cuando fuimos al metro, me llevaron a una librería porque andaba en busca de un diccionario, y aunque no entendía muchísimo más de la mitad del contenido de la tienda, me sentí en el paraíso. 

Que por cierto, encontré “El amor en los tiempos del cólera” en internet, y no podría ser más feliz. 

Me encanta García Márquez. 

También me llevaron a unos jardines y casa de una familia antigua china, muy bonita y graaaande por cierto. Me encantó su patio/jardín, todo. Lo que sí, muy cansada.

Y ahorita ya estoy en la casa, un viernes por la noche, a punto de dormirme. 

El domingo por fin conoceré a los demás que están en mi distrito en nuestra fiesta de bienvenida, así que estoy muy feliz por eso. 

Ya veré que me depara el sábado mañana.