En inglés: Long time no see!
Español: ¡Mucho tiempo sin vernos!
Lo sé, lo sé, he estado muy ausente y me disculpo. Pero entre la flojera y mis múltiples compromisos (jajaja, no se crean, no soy tan social como debería), ni siquiera en mi diario he escrito.
En fin, prometo ponerlos al corriente pronto, porque tengo que terminar de narrar mis vacaciones con la familia, todas las de invierno y todo lo del año nuevo chino, que creo que sería la más interesante. No prometo que sea en la semana, porque el próximo sábado tengo una presentación en chino (haré una comedia en chino con dos mexicanos) y como buenos estudiantes, no tenemos nada todavía, jaja. Así que me espera una larga semana. Ojalá que nos vaya bien… Ya les estaré contando después el resultado final.
Pero bueno, lo que me trae principalmente de vuelta por estos rumbos es la experiencia del día de hoy. Algo muy chistoso y muy… diferente, jaja.
Resulta que la segunda familia de Nicole ha estado queriendo llevarnos (entre las ventajas que trae llevarte bien con las demás familias, es que te invitan a pasear con ellos, lo cual me parece perfecto) a ¿unas aguas termales? El nombre aquí es “Hot Springs”, lugares famosos para ir a relajarte en el agua caliente, algunos con vistas preciosas, otros con cuartos por si no quieres compartir con las demás personas, algunos con spa, etc. Peeeeeeeero ¿qué tiene de especial este lugar? Además de tener el agua más pura y limpia que los demás lugares más populares es que es estilo japonés y CHAN CHAN CHAN CHAAAAAAAAAN: tienes que estar desnudo. Jajaja, sí, así como lo leen.
Admito que siempre había querido ir a una playa nudista, jaja, pero no pensé que me enfrentaría a una situación así tan pronto. La verdad Nicole y yo sí estábamos nerviosillas porque no sabíamos qué onda, era nuestra primera vez en lugar así y pues, ya se imaginarán.
La verdad, sí es raro, aunque creo que sí podría decir que “liberador”, jajaja. Al principio como que no nos animábamos pero después llegó su mamá a decirnos “you need to open your heart”, morimos de risa y nos animamos, jaja.
El hecho de estar entre puras señoras entre 40-50 creo que lo hizo más fácil, jaja.
El lugar estaba separado hombres de mujeres, pero cada área tenía un espacio abierto con una vista preciosa a las montañas llenas de árboles, una cascada y un río. Precioso el asunto. Eso te ayudaba bastante a distraerte del otro panorama… Jajaja.
Por cierto, su mamá nos dio unas mascarillas y son muy famosas aquí. Ahora me explico por qué hay señoras de más de 50 años sin una arruga. No exagero. Prometo investigar más de sus secretos, jaja.
Ah y creo que ya les había dicho, pero aquí también hay jamaica 🙂
Después de ahí nos fuimos a comer y la vista desde ese lugar, no se quedaba atrás. Hermoso como podrán ver. El azul del agua me enamoró. No cabe duda que amo los panoramas que me ha tocado ver en Taiwán.
Terminando de comer, siguió el paseo, nos detuvimos a ver la cascada y terminamos subiéndonos a… Aquí les llaman gondolas, pero sé que ese no es el nombre. ¿O sí? ¿Teleférico? Sí, creo que teleférico es la palabra. Muuuuy suave. Nos llevo al otro lado del río y en esa montaña había una especie de parque, con lagos, hoteles, etc. Teníamos pocos tiempo, pero creo que disfrutamos lo poco que nos tocó ver. Lo que más me gustó de ese lugar fue que cuando ya íbamos de regreso, nos topamos con una taiwanés que preguntó que de dónde éramos y al decirle que era de México, para mi sorpresa ¡empezó a hablar español! Resulta que está en la fuerza aérea y pasó unos años en República Dominicana, pero ¡qué rápido hablaba! Hasta a mí me costaba entenderle, jaja. Muy amigable y claro, siempre es bueno y agradable encontrarte con alguien que hable tu mismo idioma.
El camino de regreso fue horrible, jaja. Imagínense una Rumorosa (para los que no la conocen imagínense que van por una montaña llena de curvas, muuuchas curvas) y alguien que va manejando muy rápido; sentías las curvas, ay, no. Acabé mareada y eso que aguanto hasta leer en el carro, pero no, el conductor, nada piadoso. Envidio a las que se durmieron que ni lo sintieron. Con decirles que llegué a mi casa a acostarme de lo mal que me sentí, jaja.
Cuando me repuse, ¡a la vagancia! (Sí, no estaba tan mal, jaja.)
Nicole y yo acabamos yendo a un lugar que durante las vacaciones pasamos más de una hora buscando y que esta vez llegamos por accidente, porque ni siquiera lo planeamos, jaja.
Por cierto, ahí un taiwanés nos preguntó que de dónde éramos y al decir que soy de México inmediatamente me preguntó “¿hablas español?” y al contestar que sí *todo esto en español*, me contó que vivió en Argentina 5 años y ahí aprendió. Qué loco, dos en un día, jaja. Qué gusto me da.
Llegamos a un café que se ha convertido en nuestro santuario, porque afortunadamente, cada vez que estamos en un lugar nuevo y no sabemos en dónde comer, damos con ese café, jaja. Dante Cofffee = best place ever. Lo adoramos por salvarnos más de una ocasión, jaja.
Estando ahí, nos tocó presenciar… Hm, ¿un desfile? ¿una peregrinación?
Porque hoy es el 15vo día del año nuevo chino, el último.
Estuvo muy suave porque escuchabas los tambores, veías a los niños con los trajes de leones, unos con muchas ganas y otros que se veía que ni querían estar ahí, jaja; gente caminando detrás de ellos, más gente con disfraces, una estatua del dios de por acá, etc. Muy, muy suave. Luego les pongo los videos en youtube y les paso el link.
En fin, ese fue mi día de hoy.
Y a pesar de que hice mucho y me levanté temprano, me resisto a dormir. No quiero 😦
Pero si quiero estar bien despierta mañana, será mejor que me vaya.
Por cierto, hoy cumplo 6 meses aquí. Qué loco, ¿no?
Se sienten como mucho menos y el tiempo que me queda se siente como muchísimo menos.
Ah, 4 meses más aquí y aún no estoy lista para regresar. ¿Lo estaré en 4 meses? Pues, más me vale, porque de que regreso, regreso, no se salvan, jaja.
Pero ah, a seguir disfrutando de este nuevo estilo de vida, que pronto se me irá.
¡Saludos desde Taiwán!
Y feliz día a mi bandera querida que tanto me llena de orgullo.
La Saralicia 
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